Lomo de cerdo a la cerveza

Es fácil… Corrijo… Basta con que sepas diferenciar un fogón de una mesilla de noche para que te salga espectacularmente esta receta de lomo de cerdo a la cerveza. Los ingredientes son de lo más habitual en cualquier cocina; la elaboración, ya lo verás, puede hacerse con los ojos cerrados.

Ingredientes:

Para empezar, asegúrate de que tienes un kilo de chuletas de cerdo, medio litro de cerveza, medio kilo de cebollitas, pimienta blanca, aceite y sal ¿Qué? ¿Son o no son de lo más habitual estos ingredientes en cualquier casa?

Preparación:

Lo primero que vas a hacer es salpimentar la carne y dorarla en una cazuela con un chorrito de aceite. Que el aceite está calentito, para que se selle el exterior sin que se haga el centro de las tajadas, de modo que luego se “beban” la cerveza, a la vez que sueltan la esencia en la salsa.

Ahora, saca la carne a un plato (fuente, bol, tazón… tú mismo, pero sácala un momentito de la cazuela). En el aceite en el que has dorado la carne, echas las cebollitas, para que se doren también (reconoce que la cocina huele como si los ángeles se echaran perfume y se hubieran pasado por la estancia).

Ya doradas las cebollitas, incorpora de nuevo la carne y añade la cerveza. Baja el fuego y tapa la cazuela. Deja que se vaya cociendo durante una horita, tiempo en el que puedes darte una vuelta, tomarte un vino, relajarte, ver la tele, leer un libro… vivir.

Pasada la hora, retira la carne, pon cada ración de en un plato, rodeada de cebollitas y reduce la cerveza que queda. Reparte la salsa que se te queda una vez reducida la cerveza. Hala. Ya ves que es materialmente imposible que sea más fácil.

Recuerda:

Un kilo de chuletas de cerdo

Medio litro de cerveza

Medio Kilo de cebollitas

Pimienta blanca

Aceite

Sal

Como ves, es una receta facilísima que te llevará apenas unos minutos preparar, si no cuentas la hora de cocción.

Un detalle: Esta misma receta puede hacerse con pollo, carne de ternera para guisar… y sustituyendo la cerveza por vino, por Coca-Cola o, yo lo he probado y está buenísimo, con refresco de limón. Se trata de la prueba evidente de que en la cocina casi todo vale, de que es la imaginación la que debe mandar. Se trata, en fin, de una invitación a la creatividad, que es lo que hace de la cocina un arte.

 

 

Otra forma de comer cordero

En muchas casa es típico comer cordero por Navidad, el problema es que ya cansa un poco y tenemos que buscar nuevas fórmulas para que nos siga pareciendo el plato más exquisito del mundo. Creo que esta vez, hasta los incondicionales del cordero al horno se planteen cambiar de receta y además se chupen los dedos y se queden con ganas de más. 

La fórmula que os propongo es la de hacerlo acompañado de rico hojaldre y alguna sorpresa que otra que os explicaré a continuación. Es verdad que en la cocina se necesita un poco de maña y fundamento, pero estoy segura de que os va a salir perfecto y que los invitados querrán repetir y te pedirán la receta.

 

cordero
Cordero

Ingredientes:

– 1 pierna de cordero

– Un huevo o leche

– 50 gr de foie gras

– Un paquete de hojaldre

– Tomillo y romero (para quien el guste)

– Aceite de oliva

– Sal y pimienta

Elaboración:

El primer paso será quitarle la mayor grasa posible a nuestra pata de cordero. Podéis hacerlo vosotros mismos o pedirle a carnicero que os haga el favor de haceros el trabajo. Después doraremos la pierna de cordero para después meterla al horno. Una vez que ya hayamos marcado el cordero, lo sazonaremos con sal y pimienta.

Mientras hacemos este proceso, tendremos que encender el horno y precaletarlo a 200 º. Es muy importante que lo calentemos previamente porque de esa manera el horno ya estará a la temperatura adecuada desde que metemos el cordero.

En un plato pondremos el foie gras, el tomillo y el romero. Lo que tenemos que hacer en este caso es machacar el foie y mezclarlo con las hiervas. Una vez hayamos conseguido ligarlo bien, untaremos toda la pierna de cordero con esa mezcla.

Una vez hecho ese proceso, es la hora de usar el hojaldre. SI el hojaldre es congelado, se recomienda descongelarlo previamente para que después lo podamos manipular bien. Lo pondremos encima de la mesa sin quitarle el papel y envolveremos el cordero con ello. Para que las uniones nos queden bien y no se despegues es recomendable utilizar huevo o leche que podemos aplicar con una brocha.

Para que el hojaldre no se nos pegue a la fuente y lo podamos sacar sin problema, untaremos la bandeja con aceite o mantequilla y le añadiremos, sal, pimienta y un poco de tomillo. Para terminar, meteremos la pata de cordero en el horno ya caliente durante 30 minutos aproximadamente. El tiempo dependerá del tamaño de la pata. Después, solamente queda disfrutar del plato.

 

Pechugas de pollo rellenas

Las pechugas de pollo admiten muchos modos de ser cocinadas, son económicas y muy sabrosas, por eso son tan populares. Esta forma de cocinarlas admite dos versiones, la dietética, baja en calorías y la versión “Full Energy”, no apta para operación bikini. Pero de ambas formas son realmente deliciosas.

Ingredientes

Para dos personas:

Dos pechugas de pollo abiertas totalmente en un solo filete

Versión ligera:

– Una tarrina de queso para untar sin grasa

– Una manzana verde ligeramente ácida.

– Sal y especias al gusto

– Compota dietética para la guarnición

Versión “Full Energy”:

– 4 lonchas de Jamón York

– Queso de untar

– 4 lonchas de queso gruesas

– Pan rayado y huevo para rebozar

– Patatas fritas para la guarnición

Preparación

Versión ligera:

Salamos las pechugas y le ponemos sazonador para pollo. Untamos las pechugas de pollo con el queso sin grasa y sobre el queso podemos espolvorear un toque de orégano o cualquier otra especia que nos guste. Encima ponemos rodajas de manzana y la enrollamos. Una vez hecho el rollo lo envolvemos con plástico de cocina (film) muy apretado, que quede comprimido en el envoltorio y a su vez lo cubrimos nuevamente con papel de aluminio.

Colocamos las pechugas sobre una cesta para cocinar al vapor y cubrimos por encima con papel de plata para mantener mejor el calor. Lo colocamos sobre una olla con agua y dejamos que se haga en su propio jugo. Dependerá de lo que apure la cocina y lo gorda que sea la carne del pollo,  pero tardará aproximadamente 20 minutos.

Se deja enfriar y se desenvuelve. Se corta en rodajas una vez frío y se calienta un poco en el micro antes de servirse. Se le pone por encima una cucharada de compota dietética.

Versión “Full Energy”:

Salpimentamos las pechugas con las especias que más nos gusten o con un sazonador para pollo. Igual que en la primera versión untamos la carne del pollo con queso, aunque no tiene que ser dietético. El queso puede tener sabor o podemos añadirle ajo, finas hierbas etc. Colocamos dos lonchas de jamón York en cada pechuga y otras dos de queso grueso y doblamos las pechugas al medio.

Debemos de dejar el queso metido hacia el centro o al calentarse se irá por fuera. Las rebozamos en pan rayado y huevo y se fríen en aceite muy caliente y abundante hasta que estén doradas.

Almejas a la marinera

Hoy nos vamos a dar un capricho. Hoy toca marisco. Concretamente, vamos a comeros unas almejas. Ya verás qué sencillo es preparar este plato y lo bien que vas a quedar con tus invitados a esa estupenda cena que les has prometido.

Ingredientes:

Vas a necesitar, para cuatro personas –si son más, o menos, haz cuentas-, medio kilo de almejas grandes, tres dientes de ajo de buen tamaño, 50 mililitros (como cinco cucharadas) de aceite de oliva, la misma cantidad de vino blanco y otro tanto de agua. También es precisa una cucharada pequeña de harina de trigo, media de pimentón dulce, un poco de sal y, si te gusta y te apetece algo de perejil.

Preparación:

Para empezar, limpia a fondo las almejas para quitarle toda la arena que puedas. Para ello, ponlas en un tupper mediano cubiertas con agua y un par de cucharadas de sal durante un par de horas.

Cuando haya pasado este tiempo, escurre el agua, enjuaga las almejas en agua del grifo y escúrrelas de nuevo. Aprovecha para observar si hay alguna rota y, si es así, tírala para que no te estropee el plato.

Ahora, en una sartén grande –de modo que no se amontonen las almejas-, pon todos los bivalvos-las almeeejas- y añade los cincuenta mililitros de agua. Caliéntalas a fuego medio, tapadas. Espera hasta que se abran. De nuevo, descarta aquéllas que  se abran, pues estaban muertas y pueden hacerte daño.

Ya abiertas, pásalas a un bol y tápalas con un paño húmedo, que no chorreante, para que no se sequen. Cuela el caldo que se te ha quedado en la sartén con una tela o una gasa de malla muy fina y resérvalo.

Siguiente paso: pela y corta en rodajas los ajos; luego, en una sartén limpia añade el aceite y los ajos cortados para que se hagan a fuego medio. Que se doren, sin quemarse. Ya doradito el ajo, retira la sartén del fuego, esperas como 10 segundos, añade la harina y encima de ésta el pimentón. Remueves bien, añades el vino y vuelves a poner la sartén al fuego medio, donde la dejarás unos minutos (vete probando) hasta que el alcohol del vino se haya evaporado por completo.

Una vez evaporado el alcohol, añade el caldo que habías reservado tras abrir las almejas. Deja que se vaya reduciendo y cuando esté casi a tu gusto de espesor, corrige de sal. Añades las almejas para para que se calienten de nuevo y se mezclen con la salsa y esperas a que ésta acabe de espesar.

Si te apetece, pica un poco de perejil por encima, y listos ¿Qué? ¿Era difícil?

Recuerda:

Medio kilo de almejas grandes

Tres dientes de ajo grandes

50 mililitros de aceite de oliva (unas cinco cucharadas)

50 mililitros de vino blanco

50 mililitros de agua

Una cucharada pequeña de harina de trigo

Media cucharada pequeña con pimentón dulce

Sal

Perejil (sólo si te apetece)

Tardarás menos de una hora en tener esta receta de dificultad media.

El botillo: para saciar al más exigente

Discutía –es un decir- no hace mucho con un amigo sobre qué es y qué lleva un botillo.  Claro que, gracias a las peripecias de la vida, yo jugaba con ventaja (mi vida es mía: no voy a contar nada más). El caso es que este producto, sólo apto para paladares duros y estómagos revestidos de amianto se hizo un hueco entre mis platos favoritos nada más probarlo.

Bien: la mitad de la discusión rondaba en torno a qué lleva el botillo. Y aquí la dejo zanjada tras consultar a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Botillo del Bierzo: según la institución, éste ha de llevar al menos un 65% de costilla de cerdo y un 10% de rabo del mismo animal.

Queda al criterio de cada fabricante el añadirle lengua, carrilleras, paleta y espinazo en la proporción que quieran, siempre y cuando estos ingredientes no superen el 20% del producto final y ninguno de los cuatro suponga más del 50% de la “carne extra”.

Con sabor

A todos los componentes se le añade sal, pimentón, ajo, aditivos autorizados y otras especias naturales. Una vez embutido, tenemos esta bomba de sabor –y calorías-, orgullo de la comarca leonesa del Bierzo.

La segunda mitad de la discusión giraba en torno a cómo cocinar el botillo. Y, mira, ahí nos equivocábamos los dos al creernos ambos únicos poseedores de la verdad: el embutido en cuestión puede prepararse de diversas formas, aunque existe una tradicional que, por cierto, ninguno de los dos recitaba con exactitud:

Una receta de muchos siglos

Empezamos por poner a cocer el botillo, de unos 800 gramos, durante un par de horas con agua suficiente para que lo cubra. A media hora de que se cumplan las dos, agregamos cuatro patatas medianas, peladas y enteras, medio kilo de berza –puede valer repollo- y cuatro chorizos. Como se habrá evaporado buena parte del agua, añade de nuevo hasta que se cubra el embutido.

Para comprobar que está listo, pincha las patatas: si estas dejan entrar el tenedor con facilidad o se rompen casi con el roce, el plato está listo.

Existen, por lo que he podido ver, una buena cantidad de recetas, aunque, también por lo visto en mis investigaciones, esta que aquí te he dejado es la que se considera “tradicional”. En cualquier caso, se trata de un plato para satisfacer al más glotón, aunque, eso sí conviene comerlo con cuidado: ya ves que es muy fuerte.

Receta de pato a la naranja

Y ahora un pato a la naranja especial para @antoniodomingo en  #callosA pesar de que el pavo suele acaparar el protagonismo de las comidas y cenas de Navidad, el pato también es una excelente opción si quieres incluir en tu menú navideño un rico plato de carne algo más original y diferente que deleite el paladar de tus invitados.

Es por ello que queremos darte la receta del pato a la naranja, un plato exquisito y fácil de elaborar cuya carne, muy sabrosa y especialmente jugosa, hará que tu menú de Navidad sea todo un éxito.

Ingredientes: un pato limpio de alrededor de un quilo y medio, 3 naranjas, 8 chalotas o, en su defecto, varias cebollas; 3 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de miel, 4 cucharadas de refresco de cola y pimienta negra molida.

Preparación: en primer lugar, empezamos a elaborar la receta de pato a la naranja preparando la salsa, que debe estar cocinada aproximadamente dos horas antes de que el pato esté listo. Para prepararla, procederemos a mezclar en un cuenco de buen tamaño el zumo de una naranja y su piel rallada, la miel, la salsa de soja, la pimienta negra y el refresco de cola. Aunque también se puede añadir sal, la salsa de soja ya es bastante salada, por lo que podremos prescindir de ella.

Tras haber hecho esto, pasaremos a cortar otra naranja por la mitad para introducir una de las mitades en el interior del pato, mientras que la otra parte se debe reservar.

Acto seguido, introduciremos el pato en otro cuenco y verteremos la salsa que acabamos de elaborar sobre él para cubrirlo por completo y dejar que todo repose durante un total de dos horas.

Pasado este tiempo, precalentaremos el horno a 200 grados durante alrededor de diez minutos, pelaremos las chalotas y cortaremos las naranjas que han sobrado en varias rodajas.

Una vez precalentado el horno y justo antes de introducir el pato para que se ase, lo pincharemos varias veces con un tenedor para que saque su grasa natural y esté mucho más jugoso. Después, verteremos parte de la salsa sobre el pato y procederemos a hornearlo durante 10 minutos a 200 grados. Pasado este tiempo, verteremos el resto de la salsa sobre él para dejarlo dentro del horno durante 10 minutos más.

Transcurridos estos 20 minutos, añadiremos las chalotas y las rodajas de naranja, bajaremos la temperatura del horno hasta que esta llegue a 160 grados y dejaremos que el pato se continúe asando durante 30 o 40 minutos más dependiendo de su tamaño, ya que cuanto más grande sea mayor tiempo deberá permanecer dentro del horno.

Una vez que el pato esté hecho, lo colocaremos en una bonita fuente y acompañaremos los platos con las chalotas y las naranjas para que queden bonitos y a la vez muy ricos. ¡A disfrutar de las fechas navideñas con este excelente plato de pato a la naranja!

Receta de potaje de berros

Potaje de berros

¿La palabra “potaje” te provoca malos pensamientos porque te recuerda a cuando en tu casa te obligaban a comer alimentos que no te gustaban? ¡Pues ya va siendo hora de que te quites esta idea de la cabeza! Y es que los potajes son sumamente versátiles y se pueden preparar con ingredientes muy diversos.

Así que, prepárate para una comida sana elaborando esta receta de potaje de berros donde las verduras harán las delicias de los comensales más vegetarianos.

Ingredientes: 700 gramos de berros, 400 gramos de judías blancas, un quilo de patatas, 150 gramos de tocino entreverado, 3 dientes de ajo, aceite y sal.

Preparación: hay que tener en cuenta que este plato debe empezar a prepararse el día antes de consumirlo, ya que es necesario que pongamos en remojo las judías durante toda la noche.

Al empezar a elaborar esta receta de potaje de berros, escurriremos las judías blancas y las introduciremos en una olla grande para, acto seguirlo, cubrirlas con agua y cocerlas a fuego lento durante tres horas.

Para llevar a cabo el siguiente paso, eliminaremos los tallos de los berros, los limpiaremos y los cortaremos a trocitos muy pequeños. Ahora, cogeremos 50 gramos de tocino y, cuando las judías lleven cociéndose una hora y media, lo introduciremos también en su interior junto a los berros para que los tres ingredientes se vayan cociendo.

Mientras tanto, pelaremos y trocearemos las patatas para, cuando falten 20 minutos para que acabe la cocción, añadirlas a la olla y sustituirlas por el tocino, que deberemos sacar del recipiente. Tras haber hecho esto, sazonaremos los ingredientes al gusto.

Mientras los productos que se encuentran dentro de la olla terminan de hacerse, cogeremos una sartén, introduciremos el aceite y, cuando esté caliente, doraremos los ajos bien picados y freiremos también el tocino que ha sobrado. Cuando ya esté todo hecho, mezclaremos este sofrito con lo que acabamos de cocer en la olla y ya podremos servir este delicioso potaje de berros.

Calabacines a la napolitana

Ingredientes:

5 calabacines

50 gr de manteca de cerdo

25 gr de pan rallado

3 cucharadas de aceite

200 gr de queso fundido

1 kg de tomates

1 cucharadita de azúcar

1 cebolla

Orégano

Harina

Pimienta

Sal

Preparación:

Empezamos esta rica receta limpiando los calabacines con abundante agua. Una vez limpios empezamos a cortarlos en rodajas, ponemos en un plato y comenzamos a sazonándolos con sal y pimienta al gusto.

Con los tomates que tenemos seleccionados, crearemos una salsa de tomate. La forma de hacerla será echándolos troceados en un bol y luego pasarle la batidora hasta que se quede la salsa fina. Si lo preferimos, podemos usar un bote entero de tomate triturado, así ahorraremos tiempo.

Cogemos una sartén y derretimos en ella la manteca de cerdo. Añadimos el aceite. Rallamos la cebolla y echamos para que se haga en la sartén a fuego lento. Antes que empiece a dorarse echamos el orégano

Empezamos a echar la salsa de tomate triturado corrigiendo la acidez con una cucharadita de azúcar y dos de sal. Tapamos la sartén con una tapa y dejamos cocer toda la mezcla siguiendo a fuego lento hasta que notes que la salsa resultante esta suave. Este será el momento para rectificar tanto azúcar, sal o pimienta.

Con los calabacines reservados empezamos a enharinarlos ligeramente. Los echamos en una nueva sartén con abundante sartén. Los freímos y cuando este preparados los sacamos y ponemos en un plato con papel de cocina, para escurrirlos y así quitarle el aceite restante.

Seleccionamos una bandeja para el horno que nos venga bien y empezamos a colocar  y combinar capas alternativa de calabacines, la salsa de tomate creada y de láminas de queso a elegir, prefiriendo que sea mozzarella, semicurado o emmental. Incluso puedes combinar una lámina de cada uno o una mezcla de estos tres quesos.

Termina las capas echando una gran capa de salsa de tomate y queso rallado. Termina echando una capa final de pan rallado espolvoreándolo por toda la superficie. Termina metiendo la fuente en el horno a una temperatura de 180 a 190ºC, para conseguir que se derritan las capas de queso, se haga el calabacín y se gratine el pan rallado.

Sugerencias:

Este es un plato que resulta deliciosa para grandes y pequeños tanto como plato único como para combinados. Además resulta una buena manera para conseguir introducir verduras en la dieta a los más reacios. Si se prefiere se puede cambiar el calabacín por berenjenas, pues resultan también muy ricas.

Crema de marisco con rape

Hoy te traemos lo mejor del mar a tu mesa. Una receta sabrosa y ligera de esas que  nos sirven para entonar el cuerpo, algo que nos vendrá muy bien para estos primeros días de primavera. Sabemos que las cremas y caldos pueden resultar complicadas, pero te aseguramos que esta te va a resultar más sencilla de lo que piensas.

Ingredientes para 6 personas:

500 g de rape

1 cabeza de merluza

24 gambas

12 almejas

½ cebolla

1 zanahoria

1 puerro

2 dientes de ajo

1 dl de aceite (unas 18 cucharadas)

6 cucharadas de vino blanco

8 cucharadas soperas de harina

1 cucharada sopera de pimentón

½ guindilla

Sal

Preparación:

Pelar y picar los ajos, la cebolla, la parte blanca de los puerros y la zanahoria. Mientras herviremos los tomates 2 minutos hasta que queden escalfados y podamos pelaros. Reservar.

Limpiamos las almejas y empezamos a pelar las gambas, reservaremos la cabeza y las cáscaras para utilizarlos más adelante. Trocear el rape en trozos muy pequeños.

Cogemos la parte verde del puerro y la echamos en un cazo con 2 litros de agua. Lo ponemos a hervir y cuando rompa añadiremos la cabeza de la merluza. Dejamos que hiervan juntos durante 15 minutos.

Freímos la cebolla, el ajo, la zanahoria y la parte blanca del puerro. Cuando este empezando a dorarse los trozos, echamos las cabezas y las cáscaras. Removemos durante unos minutos y añadimos un chorreón de brandy para flamear la mezcla. Después echamos la harina junto con el pimentón.

Ponemos a fuego lento y removemos unos minutos sin dejar de remover. Vertemos el tomate y vino blanco. Una vez mezclado bien añadimos la guindilla. Manteniendo el fuego lento dejamos cocer 20 minutos meneando la cacerola de vez en cuando.

Cogemos el caldo resultado de la cabeza de merluza junto a los puerros y lo añadimos a la cacerola la mitad y dejamos hervir.

Freímos los trocitos de rape durante 3 minutos y los dividimos en dos platos. Batiremos el resto del caldo que nos queda junto a los platos. Lo echamos a la cazuela y lo dejamos hervir 5 minutos. Pasándolo por un pasapurés. Sazonamos mientras hierve.

Freímos ligeramente las gambas junto a las almejas. Cuando estas últimas se abran retiraremos la sartén del fuego.

Por ultimo solo nos quedaría añadir estos dos últimos ingredientes a la mezcla final cociéndolo todo unos 5 minutos. Rectificaremos el punto de sal si lo vemos necesario.

Serviremos caliente.

Ya lo ves: sencillo y delicioso. Claro que, no te esperarías menos, ¿verdad?

Troncos sorpresa

Ahora que se acerca el calor, quizás estés buscando recetas ligeras ideales para mantener la línea y poder lucir ese fantástico bikini que tienes en mente. Pero es verdad que resulta un rollo siempre comer ensaladas y las mismas cosas.

Por ello, hoy te traemos una receta rica y original con puerros, de poder disfrutar de todo el sabor de una forma sana y de un alimento que no es muy consumido, pero es altamente diuréticos, para eliminar todos los líquidos a la vez que las toxinas de nuestro cuerpo. Además de los beneficios de su gran aportación de fibra.

Un alimento recurrente y gran aliado en las dietas para personas preocupadas por su peso, ya que tiene muy pocas calorías.

Ingredientes para 4 personas:

4 puerros grandes

1 cucharada de zumo de limón

2 huevos cocidos

5 filetes de anchoa

50 gr de maíz dulce

1 cucharada de perejil picado

3 cucharadas de aceite

Una cucharada de vinagre de vino

tabasco

pimienta

sal

Preparación:

Cogemos los puerros los lavamos bien, seguidamente los secamos y cortamos quitando las hojas y rebanamos por la mitad a lo largo, dividiendo el puerro en dos.

Cogemos las mitades y las cocemos en agua salpimentada durante 10 minutos. Trascurrido este tiempo, los sacamos y los escurrimos retirando todo el agua. Los dejamos enfriar.

Una vez estén preparados ponemos en una fuente a lo largo las mitades y rociamos con el zumo de limón… ¿No se te está haciendo la boca agua?

Mientras cogen el sabor, coceremos los huevos. Trascurrido el tiempo, los dejamos enfriar y los trocearemos y picaremos en trocitos.

Cogemos una lata de anchoas y las lavamos para desalarlas con abundante agua. Las secamos y después las picamos bien.

El maíz podemos comprarlo en mazorca, pero nos resultara más fácil obteniéndolo en latas ya envasadas en donde ya vienen los granos sueltos y dulces.

Cogemos un bol y echamos los huevos ya cocidos y picados, las anchoas y el perejil, el cual también picaremos bien o usaremos ya picado.

En otro bol prepararemos un aliño con el aceite, el vinagre de vino y el tabasco. Dejándolo a nuestro gusto. Añadiremos esta mezcla al anterior bol.

Rellenamos los puerros con esta mezcla. Los colocamos en una fuente preparándolos y decorando el plato con perejil, para finalmente servir.

Este plato se sirve en temperatura ambiente hasta el momento de servir. Aunque en épocas veraniegas se puede servir fresco ¿Ves por qué se te hacía la boca agua?