Lomo de cerdo a la cerveza

Es fácil… Corrijo… Basta con que sepas diferenciar un fogón de una mesilla de noche para que te salga espectacularmente esta receta de lomo de cerdo a la cerveza. Los ingredientes son de lo más habitual en cualquier cocina; la elaboración, ya lo verás, puede hacerse con los ojos cerrados.

Ingredientes:

Para empezar, asegúrate de que tienes un kilo de chuletas de cerdo, medio litro de cerveza, medio kilo de cebollitas, pimienta blanca, aceite y sal ¿Qué? ¿Son o no son de lo más habitual estos ingredientes en cualquier casa?

Preparación:

Lo primero que vas a hacer es salpimentar la carne y dorarla en una cazuela con un chorrito de aceite. Que el aceite está calentito, para que se selle el exterior sin que se haga el centro de las tajadas, de modo que luego se “beban” la cerveza, a la vez que sueltan la esencia en la salsa.

Ahora, saca la carne a un plato (fuente, bol, tazón… tú mismo, pero sácala un momentito de la cazuela). En el aceite en el que has dorado la carne, echas las cebollitas, para que se doren también (reconoce que la cocina huele como si los ángeles se echaran perfume y se hubieran pasado por la estancia).

Ya doradas las cebollitas, incorpora de nuevo la carne y añade la cerveza. Baja el fuego y tapa la cazuela. Deja que se vaya cociendo durante una horita, tiempo en el que puedes darte una vuelta, tomarte un vino, relajarte, ver la tele, leer un libro… vivir.

Pasada la hora, retira la carne, pon cada ración de en un plato, rodeada de cebollitas y reduce la cerveza que queda. Reparte la salsa que se te queda una vez reducida la cerveza. Hala. Ya ves que es materialmente imposible que sea más fácil.

Recuerda:

Un kilo de chuletas de cerdo

Medio litro de cerveza

Medio Kilo de cebollitas

Pimienta blanca

Aceite

Sal

Como ves, es una receta facilísima que te llevará apenas unos minutos preparar, si no cuentas la hora de cocción.

Un detalle: Esta misma receta puede hacerse con pollo, carne de ternera para guisar… y sustituyendo la cerveza por vino, por Coca-Cola o, yo lo he probado y está buenísimo, con refresco de limón. Se trata de la prueba evidente de que en la cocina casi todo vale, de que es la imaginación la que debe mandar. Se trata, en fin, de una invitación a la creatividad, que es lo que hace de la cocina un arte.

 

 

El botillo: para saciar al más exigente

Discutía –es un decir- no hace mucho con un amigo sobre qué es y qué lleva un botillo.  Claro que, gracias a las peripecias de la vida, yo jugaba con ventaja (mi vida es mía: no voy a contar nada más). El caso es que este producto, sólo apto para paladares duros y estómagos revestidos de amianto se hizo un hueco entre mis platos favoritos nada más probarlo.

Bien: la mitad de la discusión rondaba en torno a qué lleva el botillo. Y aquí la dejo zanjada tras consultar a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Botillo del Bierzo: según la institución, éste ha de llevar al menos un 65% de costilla de cerdo y un 10% de rabo del mismo animal.

Queda al criterio de cada fabricante el añadirle lengua, carrilleras, paleta y espinazo en la proporción que quieran, siempre y cuando estos ingredientes no superen el 20% del producto final y ninguno de los cuatro suponga más del 50% de la “carne extra”.

Con sabor

A todos los componentes se le añade sal, pimentón, ajo, aditivos autorizados y otras especias naturales. Una vez embutido, tenemos esta bomba de sabor –y calorías-, orgullo de la comarca leonesa del Bierzo.

La segunda mitad de la discusión giraba en torno a cómo cocinar el botillo. Y, mira, ahí nos equivocábamos los dos al creernos ambos únicos poseedores de la verdad: el embutido en cuestión puede prepararse de diversas formas, aunque existe una tradicional que, por cierto, ninguno de los dos recitaba con exactitud:

Una receta de muchos siglos

Empezamos por poner a cocer el botillo, de unos 800 gramos, durante un par de horas con agua suficiente para que lo cubra. A media hora de que se cumplan las dos, agregamos cuatro patatas medianas, peladas y enteras, medio kilo de berza –puede valer repollo- y cuatro chorizos. Como se habrá evaporado buena parte del agua, añade de nuevo hasta que se cubra el embutido.

Para comprobar que está listo, pincha las patatas: si estas dejan entrar el tenedor con facilidad o se rompen casi con el roce, el plato está listo.

Existen, por lo que he podido ver, una buena cantidad de recetas, aunque, también por lo visto en mis investigaciones, esta que aquí te he dejado es la que se considera “tradicional”. En cualquier caso, se trata de un plato para satisfacer al más glotón, aunque, eso sí conviene comerlo con cuidado: ya ves que es muy fuerte.

Solomillo con hojaldre

Ingredientes

1 solomillo de ternera

½ kg de hojaldre

2 higadillos de pollo

50 gr de foie-gras

1 pastilla de caldo

1 cebolla

1 zanahoria

1 cucharada de mantequilla

1 copa de Jerez seco

1 huevo

Perejil

Sal

Pimienta

Preparación:

Salpimentar el solomillo con sal y pimienta (es recomendable prepararlo el día anterior para que coja bien la sustancias) y meterlo al horno a una temperatura media de 180-190ºC hasta que veamos que se ha hecho, pero procurando que no quede muy seco.

Mientras, picamos a estilo juliana tanto la cebolla como la zanahoria. Picamos el perejil y troceamos los higadillos en dados pequeños y reservamos todo.

Cogemos una sartén profunda y fundimos la mantequilla a fuego lento. Una vez que esté fundida rehogaremos las verduras que hemos picado. Junto a ellas el perejil. Poco a poco vamos añadiendo el resto de elementos, primero los trocitos de higadillo, friéndolos durante  unos minutos.

Una vez estén sellados, los rehogamos en la sartén con el jerez que tenemos preparado y desmenuzamos en su interior la pastilla de caldo. Tas unos minutos, retiramos del fuego.

Ahora llegara el turno de verter el foie-gras y el huevo, que lo echaremos batido. Ponemos en el fuego unos minutos para que reduzca un poco y espese.

Extendemos la masa de hojaldre encima de nuestra superficie plana de trabajo, intentando que se quede una lámina no muy gruesa. Cogemos la sartén y volcamos en el centro de forma alargada el contenido realizado. Encima de ello colocaremos el solomillo.

Ahora será el momento de enrollarlo. Primero en las partes del ancho y después cubriremos con un lateral y luego con el otro hasta que quede similar a un rollito de primavera, pero muchísimo más grande.

Pintaremos la superficie superior con huevo batido. Pincharemos después varias veces la superficie con un tenedor de tal forma que se haga bien por dentro pero también salga el calor al cocer.

Lo metemos al horno y dejamos cocer durante 30 minutos a una temperatura media, 180-190º. Esta receta es deliciosa tanto en caliente como en frío.

Sugerencias:

Se puede realizar el hojaldre, aunque te parecerá mucho más rápida y fácil si lo compras ya hecho en grandes superficies.

Con las partes sobrantes de la masa del hojaldre puedes decorar la superficie de este, en forma de rejado, flores o escribiendo algo. Todo lo que puedas imaginar. Lo que lo hará visualmente más bonito y elegante.

 

Perdiz con col

La receta de hoy no resulta altamente complicada, lo que hace que aunque parezca un plato complicado se pueda realizar por cualquiera. No sé si os habéis fijado, pero la perdiz, a diferencia de otras aves, siempre se sirve cocido con algún tipo de caldo, crema o escabeche. Esto es debido a que tiene una carne muy seca. Aun así, resulta un alimento delicioso ideal para cualquier celebración.

Ingredientes:

4 perdices

1 col

100 gr de tocino

½ kg de tomates maduros

2 zanahorias

2 cebollas

1 pastilla de caldo

1 cucharada de harina

Vino de cocina

Laurel

Aceite

Sal

Preparación:

Empezaremos por limpiar las perdices, recuerda que si se lo pides al carnicero lo podrá hacer por ti. Una vez abiertas sazonaremos con sal su interior, acompañándolo con 25 gramos de tocino en un trozo dentro de cada una. Comenzamos a freírlas en aceite hasta que estén doradas por ambos lados.

Cogemos una cazuela de barro, a poder ser. Verteremos el aceite de las perdices y echaremos sobre él la cebolla y zanahorias ralladas, doramos un poco antes de añadirle también los tomates pelados y sin pepitas, el vino y una hoja de laurel. Dejamos que se haga un poco unos 15 minutos. Pasado este tiempo espesaremos la salsa con un poco de harina y una pastilla de caldo concentrado durante unos minutos más.

Ahora será el momento en el que meteremos en la cazuela las perdices y bajamos el fuego a lento. Las dejaremos ahí cociéndose durante aproximadamente una hora.

Mientras prepararemos el resto su guarnición, las coles. El modo será hirviéndolas hasta que se ablanden, unos 10, 15 minutos. Las escurrimos y separamos sus hojas en grupos de dos o tres, exprimiéndolas hasta darle forma redondeada. Las embarramos en harina y las echamos a freír en abundante aceite caliente.

Una vez fritas las escurrimos y quitamos el exceso de aceite depositándolas en un papel de cocina. El momento de añadirlas al guiso será 5 minutos antes de que se acabe el tiempo de cocción. Esto hará que el rebozado se ablande.

Sugerencias:

Esta clase de plato entra en el grupo de los estofados. Por lo cual existe una norma no escrita de que son alimentos que mejoran mucho más de un día para otro. Así que te recomendamos que lo cocines la noche anterior a servirlo

Platos de cordero para el frío

Con este frío seguro que te apetece sentarte a la mesa y comer algo con un buen vino y una chimenea calentando la sala. No se vosotros, pero yo cada vez que estoy frente a una chimenea salivo pensando en un buen cordero.

Pero no os preocupéis, aquí os traigo receta fácil y también igual de apetitosas en estos días con el cordero como protagonista.

Cordero a la griega

Ingredientes:

Vas a necesitar una serie de ingredientes muy comunes en cualquier casa o muy fáciles de encontrar:

1 kg de cordero deshuesado

200 gr de arroz

50 gr de mantequilla

10 cebollitas

1 de caldo de carne (pueden ser los precocinados)

4 o 5 tomates

El zumo de un limón

Laurel

Sal

Pimienta

Preparación:

Calienta el caldo. Corta la carne en trozos y pela las cebollitas. Rehoga durante 15 minutos ambos ingredientes sobre la mantequilla a fuego vivo. Vierte el caldo y déjalo cocer 5 minutos más.

Añade los tomates pelados y sin pepitas, el laurel, la sal y la pimienta. Cuécelo otros diez minutos.

Vierte el arroz y remuévelo bien para que se pringue. Una vez lo veas teñido del color del caldo añade agua hasta que cubra toda la carne.

Cuando empiece a hervir tapa la cazuela y déjala 15 minutos al fuego.

Quítalo del fuego y deja posar 10 minutos. Antes de servir echar el zumo de limón.

Recuerda que:

La carne de cordero lechal es sonrosada y pálida, mientras la de pascual es roja clara. Si utilizas este último alarga los tiempos de cocción para que la carne quede más blanda.

Cordero a las hierbas

Ingredientes:

De nuevo, podrás encontrar los componentes con gran facilidad:

1´200kg de silla de cordero en lonchas gruesas

2 cucharadas de aceite

200g nata liquida

1 cucharada de perejil picado

1 cucharadita de estragón

Sal

Pimienta

Preparación:

Calienta el aceite en una sartén grande y dora la carne por ambos lados. Salpimiéntala y ve sacándolas en un plato.

Calienta la nata y añade un vaso de agua. Rascando el fondo con una cuchara de madera para mezclar los jugos.

Agrega el perejil y la carne. Déjalo cocer a fuego a fuego lento hasta que la carne este hecha y la salsa reducida y espesa.

Añade por último el resto de las hierbas, sal y pimienta y sírvelo.

Recuerda que:

La silla de cordero son las chuletas dobles de riñonada. Puedes sustituirlo por filetes gruesos.

Si la salsa queda muy liquida puedes espesar con alguna clase de queso en lonchas.

Los múltiples usos del pollo

Como bien sabemos, el pollo es uno de los alimentos más versátiles que existen, ya que todas sus partes se utilizan en la gastronomía de todo el mundo. Hoy os daremos unas recetas con pollo, claro, unas de las tantas recetas que hay tanto en libros, revistas de cocina o en internet, espero que os guste, son fáciles y muy sanas.

Pollo Encebollado

Ingredientes:

1 Pollo a trozos

2 Cebollas grandes

½ Lata de cerveza (la que más guste)

1 Cucharadita de perejil

1 Cucharadita de hierbabuena o menta

Sal

Aceite

Preparación:

El pollo debe estar limpio de piel y de vísceras, pásalo bajo el grifo del agua y escúrrelo, cuando lo veas bien escurrido échale un poco de sal, espolvorea la cucharadita de perejil y la cucharadita de hierbabuena o menta por todas partes para que vaya adquiriendo sabor, pínchalo con un tenedor o cuchillo para que cuando se vaya haciendo no quede crudo por dentro, reserva.

 

Pela las dos cebollas y córtalas lo más finas posible en rebanadas, reserva. Escoge una sartén profunda o si deseas una cazuela pero que sea honda. Echa 2 o 3 cucharadas soperas y colmadas de aceite y cuando esté bien caliente y con mucho cuidado de que no te salpique el aceite ve introduciendo las piezas del pollo y deja freír, dándole vueltas para que se vaya dorando y no se queme.

Cuando veas el pollo bien dorado, echa las dos cebollas ya rebanadas y remuévelo con cuidado.  Cuando la cebolla está un poco pocha, vierte ½ cerveza y deja hervir a fuego moderado hasta que quede una salsa.  ¡Sabrosísimo!

Higaditos de Pollo Encebollados

Ingredientes:

¾ kg. de Hígados de pollo

1 Cebolla grande

Pimienta

Sal

Aceite

Preparación:

Los hígados de pollo deben estar limpios, pásalos bajo el grifo del agua y escúrrelos, cuando los veas bien escurridos échale sal y pimienta a tu gusto, reserva.  Limpia la cebolla y pártela en rebanadas finas.

Coge una sartén un poco profunda y vierte 2 o 3 cucharadas soperas y colmadas de aceite, cuando esté bien caliente echa los hígados removiendo de vez en cuando durante unos 15 o 20 minutos a fuego moderado, después de este tiempo echa la cebolla remueve un poco y tápalo bajando un poco el fuego. Deja pasar otros 15 o 20 minutos y observa si la cebolla ya está hecha. Si es así, apágalo y listo. Si te queda un poco seco, échale un poquito más de aceite.

Estas dos comidas puedes acompañarlas con puré de patatas, arroz o con la guarnición que desees, al quedar un poco de salsa la puedes echar por encima de la guarnición… ¡De Rechupete!

Estofado de rabo de vacuno

Hoy os traemos una receta que no puede ser más nuestra. Y esto es porque está compuesta por  el famoso rabo de toro, el cual cocinaremos estofado acompañado de unas ricas verduras y, sobretodo, una rica salsa para poder mojar.

Si os dais cuenta, esta receta no especifica que el rabo tenga que ser de toro, sino de vacuno. Esto es debido a que en la actualidad no es fácil de encontrar el rabo de este animal, ya que cada vez hay menos corridas de toros. Por lo cual podemos utilizar tanto de ternera como de buey. Que no tienen por qué variar el sabor de esta receta ni de otras con este ingrediente.

Si algo caracteriza esta zona del animal, es que es muy rica en gelatina. Esto produce que el plato, aunque siempre parezca muy contundentes, siempre acabe siendo especialmente meloso y suave, más que cualquier carne que se conozca.

Trucos al comprarlo:

Recuerda que hablamos de una pieza que tiene gran cantidad de hueso, por lo cual, aunque pensemos que llevamos una pieza grande, la carne que contiene no suele ser mucha. Por lo que es fácil llevarnos a engaño.

Cuando vayas a la carnicería hay que fijarse sobre todo en los cortes que se les suelen dar. Tiene que tener uno en cada cartílago para evitar que los trozos sean demasiado grandes y que facilite la liberación de gelatina en nuestra receta.

Ingredientes para 6 personas:

2 rabos de vacuno

3 cebollas

3 dientes de ajo

1 pimiento verde

4 patatas

2 zanahorias

Vino tinto seco

Aceite de oliva virgen

Caldo de carne o pastilla

Sal

Antes de comenzar:

Es importante comprar esta carne días previos al día que tenemos pensado comerla, por dos razones.

La primera es que esta carne, por desgracia, siempre se pone en la venta antes de que pase el tiempo suficiente para poder comerla, una vez sacrificada. Esto hace que la carne se presente muy rígida.

Para poder comerla se recomienda reservarla en la parte baja del frigorífico durante un tres o cuatro días, envuelta en papel de aluminio. Lo que hará que se reblandezca y se pueda servir tierna.

La segunda razón es que para realizar esta receta es imprescindible comenzarla macerando la carne de vacuno. La forma en la que lo haremos con este tipo de alimento es mediante el vino tinto, cubriendo por completo durante un tiempo estimado de 12 horas.

Preparación:

Trascurrido este tiempo, empezaremos a rehogar los siguientes ingredientes a fuego lento en una cazuela de barro con algo de aceite. Para ello picaremos bien la cebolla, el ajo, los pimientos verdes y la zanahoria. Las cuales echaremos a la vez en una cazuela, sin dejar de remover para evitar que se nos quemen o peguen, pero dejando que el calor haga que se vayan dorando progresivamente.

Cuando veamos que se empiezan a dorar, será el momento en el que incorporemos a la cazuela la carne de rabo de vacuno, la cual habremos dejado escurrir y estará partida en trozos semejantes. Regamos con un poco más de aceite, raspando el fondo de la cazuela para evitar que se queme y se agarre, dejando que vaya cogiendo color.

Cuando veamos que está en ese punto de dorado, vamos echándole por encima los dos vasos de vino que utilizamos cuando comenzamos a almacenar la carne. Dejamos que se consuma y que la carne se tiña de rojo.

Ahora podemos decidir como añadir el caldo de carne, podemos directamente echar caldo precocinado envasado de carne, o bien añadir agua y una pastilla de caldo concentrado. Lo importante es añadir hasta que cubra todos los ingredientes, sazonar y dejar que cueza lentamente. Para que la gelatina de la carne salga.

Cuando este la receta casi terminada, añadiremos las patatas. Recomendamos usar patatas muy pequeñas, para así poder echarlas enteras y se puedan comer de un solo bocado. Probamos, corregimos la sal y dejamos que se cuezan las patatas durante unos minutos.

Dejamos reposar  unos minutos y retiramos de la cazuela, con la ayuda de una cuchara o espumadera, toda la grasa y gelatina que podamos de la superficie. Solo nos queda servir, podemos presentar en la cazuela directamente o emplatando.

Consejos:

Para que esta receta nos salga excepcional, tenemos que hacer hincapié en el punto de cocción, ya que es lo más importante. Sabremos si la carne está en su punto cuando al pincharla con un tenedor se separa de forma limpia del hueso, al igual que le pasa a la carne de morcillo.

En ese momento, deberemos retirar la cazuela, ya que si prolongamos su cocción, puede que la carne se quede demasiado seca o demasiado fibrosa.

Recomendación:

Te recomendamos servir esta receta acompañada de un vino reserva riojano. Ya que se caracterizan por ser vinos con mucho cuerpo y fortaleza. La temperatura ideal para beberlos a una temperatura cercana a los 16º.

Un plato para darte un gran capricho, sin duda.

 

 

Cordero a la escocesa

Hoy te traemos una receta de las que se consideran platos fuertes. Por lo que resulta muy copioso, por lo que normalmente se come más en invierno que en verano. Pero igualmente deliciosa. El secreto está en su caldo, el cual a templanza el cuerpo.

Se puede decir que esta receta se puede considerar el cocido en Escocia, ya que la forma de comerlo y de servirlo se asemeja mucho. Ya que por un lado se toma el caldo a modo de consomé, depositando la carne y la verdura en una bandeja aparte, para que cada uno se sirva al gusto.

Ingredientes para 4 personas:

½ kg de falda de cordero deshuesada

1 ½  l de caldo concentrado

3 puerros

2 zanahorias

600 gr de patatas

4 cucharadas de cebada

2 de menta seca

2 ó 3 terrones de azúcar

2 cucharadas de vinagre

1 ramita de perejil

1 rama de apio

Pimienta

Sal

Preparación:

Cogemos el caldo concentrado y lo vertemos en una cazuela amplia, poniéndolo al fuego hasta que empiece el estado de ebullición. Mientras cortamos la carne en dado. Cuando empiece a hervir introducimos la carne.

Mientras se va cociendo vamos limpiando y cortando la verdura: Raspamos la piel de la zanahoria y la parte verde del apio. Cortamos en rodajas simétricas junto al apio y metemos acompañando al cordero en la cazuela.

Pelamos las patatas  y las lavamos. Y tal cual enteras las metemos también en la cazuela. Sazonamos a nuestro gusto con pimienta y sal y dejamos que vaya cociéndose hasta que empiece a hervir.

En ese momento cogemos la cebada y echamos cucharada a cucharada. Un consejo es, si pesamos que no pueda quedar blanda, dejar la noche anterior remojada en agua, hasta 12 horas, como cualquier legumbre.

Picamos bien la menta seca y la añadimos a la receta junto con lo terrones de azúcar. Removemos constantemente con una cuchara de madera. Cociéndolo muy suave unos 5 minutos. Pasado este tiempo introducimos las cucharadas de vinagre, lo que potenciara su aroma. Dejamos unos segundo más al fuego. Y retiramos.

A la hora de servir normalmente se come separando el cordero y las verduras del caldo, que se sirve en una sopera espolvoreando perejil en su superficie. Aunque eso ya es según las preferencias de cada uno.

Sugerencias:

Si no eres muy fanático de la cebada para cocinar o no encuentras se puede sustituir este ingrediente por arroz normal. Aunque te aconsejamos que sigas utilizando la cebada, pues mejora notablemente no solo el sabor de la receta, sino también su nutrición.

 

Pollo en pepitoria

Hay muchas formas de cocinar esta receta, pero hoy solo queremos insistir en utilizar alimentos de primera. Por lo cual recomendamos usar para ella una gallina pollo de corral. Lo que hará que la receta mejore considerablemente.

Para distinguir este producto y evitar engaños, podrás reconocerlo por las siguientes características. La más obvia es su color claramente amarillento a diferencia de los otros, que son rosados, esto es debido a su modo de alimentación.

Los pollos de corral son criados en libertad, por lo que sus carnes son magras y su silueta más estilizada debido al movimiento. Mientras los otros son criados de forma rápida intensivamente en pequeños criaderos.

Ingredientes para 6 personas:

2 pollos de 1,5 kg

150 gr de almendras crudas peladas

1 huevo

Azafrán

Aceite de oliva

Vino Blanco

Ajo

Perejil

Sal

Preparación:

Como comienzo procederemos a trocear los pollos. Para ello tenemos que  separar las alas, los muslos y las pechugas troceadas y separadas de su caparazón. Esto podemos hacerlo nosotros mismos o pedírselo a nuestro carnicero.

Una vez tengamos los trozos, cogeremos una sartén y los rehogaremos durante 5 minutos, hasta que se doren, revisando que lo estén por ambos lados. En ese momento los sacaremos y reservaremos para más adelante.

Una vez que terminemos, en ese mismo aceite, añadimos cinco cucharadas de harina, el ajo muy picado, las almendras muy bien picadas y algunas hebras de azafrán, estas dos muy machacadas, con la ayuda de un mortero y un poco de agua caliente.

Freímos lentamente y cuando creamos que ya están, incorporamos nuevamente el pollo. En este momento le añadimos un vaso de vino blanco, sazonamos a nuestro gusto y dejamos cocer a fuego lento hasta que el pollo este hecho.

Mientras podemos poner a cocer un huevo duro. Este nos servirá para decorar la receta una vez que cueza y se termine de hacer. Por lo cual lo penemos a nuestro gusto acompañado con unas ramitas e perejil por encima. Ya solo nos queda servir y saborear esta rica receta.

Consejos:

Siempre es difícil saber cuál es el tiempo de cocción adecuado para distintas recetas, ya que estas cambian según la calidad y características de los alimentos. Por eso insistimos en la importancia de que practicar y no venirnos abajo si una receta no queda como pensábamos. La segunda vez saldrá mejor y cuanto más veces, más mejorara.

Lo que si podemos estipular es que en cuanto a aves, y más en el caso del pollo de corral, el tiempo suele ser alrededor de las 2 horas a fuego lento, mientras un pollo convencional necesitara hasta la mitad de tiempo.

Es importante que cuando trocees el pollo lo hagas sobre todo de forma que rompas por sus articulaciones, esto hará que una vez en la cocción su gelatina salga al exterior y se mezcle con el caldo o salsa, lo que hará que la receta este mucho más suave y melosa.

Como hacer el filete perfecto

Los secretos sobre cómo cocinar el solomillo perfecto para convertirlo en una magnífica comida

Cinco cosas que debe considerar al comprar un filete

1.    Al elegir un filete, solomillo es una buena opción debido a su magnífico sabor. Un buen solomillo tiene la cantidad justa de grasa y bonito veteado. Bistec  es ligeramente más barato que el solomillo pero aun así es un gran asador para cocinar a la plancha o sartén, con más sabor que el solomillo. Sin embargo, tiende a ser ligeramente más masticable, especialmente si no se ha madurado correctamente.
2.    La edad de la carne es importante, ya que el proceso de colgar desarrolla el sabor y ablanda la carne. Así que hay que preguntar al carnicero cuánto tiempo se ha colgado la carne. Por regla general, 21 días como mínimo y 35 días como máximo.
3.    Una buena carne debe ser de color rojo intenso.
4.    Comprobar que la carne tenga un buen marmolado – pequeñas vetas de grasa se ejecutan a través de la carne. Esta se derrite cuando se calienta, lo que ayuda a hilvanar la carne desde dentro mientras se cocina.
5.    Una buena capa de grasa de color blanco crema en la parte superior de los filetes de solomillo es esencial. Nunca debe ser de color amarillo claro o similar ya que esto indica que es carne vieja.

¿Cómo cocinar carne? Cinco pasos para cocinar el filete perfecto en casa.

1.    Calentar la plancha o sartén a fuego fuerte, hasta que esté bien caliente.
2.    Cepillar ligeramente la carne con un poco de aceite de oliva y sazonar con sal y pimienta negra, preferentemente recién molida.
3.    No cocer más de dos filetes a la vez, y mantenerlos bien separados. Si se agrega más de dos filetes en la sartén a la vez, la temperatura bajará y el filete se hará guiso, en lugar de freír.
4.    No girar los filetes hasta que se logren buenas marcas chamuscadas, a continuación, darles la vuelta y cocinar del otro lado.
5.    Se debe dejar la carne durante unos 3 minutos antes de servir, para permitir que los jugos que se han creado hasta la superficie descanse de nuevo en la carne. 

Espero que con estos buenos consejos les salga la carne a la elección de sus familiares o amigos, siempre una vez hecho se puede acompañar con una salsa a elección en una salsera o recipiente para ello, para que se puedan coger la cantidad que ellos deseen.