Cómo hacer adobo

Imagina lo difícil que era antiguamente llevar o conservar carnes o pescados a cualquier lugar. Sin cámaras frigoríficas o vehículos motorizados y rápidos. Este problema ha estado siempre, durante siglos, y los adobos se han utilizado para hacer que los productos aguantaran más en su conservación. Hoy en día, sin estos problemas, los adobos se utilizan para sazonar y dotar de más sabor a nuestros alimentos.

Aquí te indicamos dos maneras distintas para ayudarte a adobar tanto carnes, pescados como aves.

1ª Receta

Ingredientes:

1 cebolla

2 dientes de ajo

Pimienta en grano

Perejil

Hoja de laurel

Albahaca

1 l. de vino blanco

¼ de vinagre

Aceite

Sal

Preparación:

Freímos la cebolla picada con un poco de aceite en una cacerola grande; añadimos los dientes de ajo pelados y cortados por la mitad. Echamos el resto de ingredientes, menos los líquidos. Cuidando de que no se queme nada, ya que le dará mal sabor.

Cuando la cebolla esté bien blanda y se empiece a dorar, le añadiremos el vino y el vinagre, dejando que cueza a fuego lento media hora.

Una vez frío, pasamos el contenido a una fuente de barro o cerámica y pon los pescados, carnes o aves en el adobo, dejándolo así toda la noche (nunca mas de 12 horas).

Este adobo esta especialmente hecho para posteriormente hacer las carnes o pescados braseados o al horno.

2ª Receta

Ingredientes:

1 cebolla

2 dientes de ajo

1 rama de perejil

1 hoja de laurel

1 rama de tomillo

1 l. de vino blanco

¼ l. de vinagre

Sal

Aceite

Preparación:

Pon un poco de aceite en una cazuela y fríe a fuego lento la cebolla cortada de forma juliana, los ajos ligeramente aplastados y los demás ingredientes excepto el vino y el vinagre. Sazónalo con sal y deja que hierva despacio 30 minutos.

Cuando esté frío pon las carnes, aves o pescados en este adobo, en un cacharro que no sea metálico, y déjalo en un sitio fresco de 6 a 12 horas.

Cuida de darle vueltas para que se empape todo el alimento que hemos echado, para que se quede bien aromatizado con el adobo.

Recuerda que:

Este mismo adobo puede servir para pescados, carnes o aves para asar al horno, brasear con un poco del líquido del adobo, o incluso para freírlo, si lo secas bien antes y lo rebozas en harina.

A estos adobos se les llama también “marinadas” en el lenguaje más técnico de la cocina.