Aunque el bacalao es típico de Semana Santa y esta ya ha pasado, no podemos dejar de disfrutar con este pescado tan sabroso. Hoy lo traemos en una receta que encanta a los grandes y la forma más original para que tus hijos coman pescado (lucha constante de las madres). Algo que tendrán fácil con estos ricos buñuelos de bacalao.
Es muy importante ir introduciéndoles a los niños el consumo de este pescado blanco, ya que tiene una alta dosis de proteínas que consiguen el desarrollo muscular, importantes en niños y durante la adolescencia. Además se recomienda su consumo a madres durante el embarazo, para mejorar el desarrollo del feto, por su mayor aporte de nutrientes.
Además, contiene yodo, que aporta beneficios para el metabolismo y regula los niveles de energía y el correcto desarrollo de las células.
No sólo ayuda a los niños, ya que es un alimento que ayuda a controlar el colesterol además de tener fósforo e hidratos de carbono, que nos ayuda a vernos mejor, pues favorece la piel, el pelo y las uñas.
Ingredientes para 4 personas:
150 gr de bacalao
3 huevos
250 gr de puré de patatas
2 dientes de ajo
1 cebolla pequeña
1 cucharadita de levadura
Preparación:
Esta receta no se puede hacer in situ, ya que necesita un par de días antes para preparar el bacalao. La forma de hacerlo es desalando el bacalao, poniéndolo en agua e ir cambiándola varias veces al día.
Preparamos un puré con patatas y mantequilla, echándole un poco de leche. Una vez que lo tengamos, desmenuzamos el bacalao, rallamos la cebolla y la introducimos junto al ajo picado, perejil, la levadura y la yema de 3 huevos.
Mezclamos muy bien hasta tener una pasta compacta. Ahora sólo nos queda montar las 3 claras sobrantes a punto de nieve, las cuales iremos vertiendo en la masa poco a poco. Una vez esté todo bien mezclado, comenzamos a hacer con esta masa bolitas.
Ponemos una sartén con abundante aceite, para que se bañen bien las bolas. Cuando esté ya muy caliente iremos echando los buñuelos con cuidado para que se vayan friendo.
Cuando estén ya dorados, los sacamos, dejándolos en un plato cubierto con papel de cocina o servilletas de papel. Esto absorberá todo el aceite sobrante.
Solo nos queda servirlas en una bandeja. Un secreto que mejora la receta y la hace más atractiva es decorar los buñuelos con unos hilos de miel de caña. Os encantará a los ojos y al paladar.