Shirataki de Konjac, una alternativa sin calorías a la pasta

El konjac es una raíz de la familia de los tubérculos muy utilizada en la cocina japonesa. Su apariencia es similar a la remolacha. En Japón se consume la raíz en si, cocinada con otros alimentos, o en rodajas finas pero también como un alimento elaborado. En esta categoría están los fideos conocidos como shirataki de konjac.

Es un alimento que a penas tiene calorías, grasas ni hidratos de carbono, lo que lo convierten ideal para dietas para perder peso, pero además de todo eso es una fibra soluble capaza de absorber 100 veces su volumen en agua, con lo cual tiene un altísimo poder saciante.

Su apariencia es algo gelatinosa, son fideos muy finos, transparentes y que en principio no tienen prácticamente sabor, pero que absorben muy bien el gusto de los alimentos con los que se cocina. Esa es también una cualidad de la pasta, y por eso se le empieza a conocer en España como la “pasta de las dietas”. Los puedes encontrar en tiendas de productos orientales, pero también en algunos hipermercados ya que los comercializa una famosa dieta.

Cocinar los shirataki de konjac

Los shirataki que yo conozco son los frescos, vienen en líquido y son blandos, desconozco si se comercializan secos. Es un producto muy versátil a la hora de cocinar y muy sencillo, ya que para estar listos solo tienes que quitarlos del líquidos, desenredarlos, pasarlos por agua y están ya listos para cocerse ligeramente o pasarse por la sartén. Cómo es un plato dietético os voy a presentar una alternativa dietética también para cocinarlos.

Ingredientes para 2 o 3 personas (dependerá del apetito)

1 bolsa de shirataki

1 lata de tomate natural triturado

300 gramosde carne picada de pollo y pavo o de ternera magra.

Pimienta, orégano y un toque de sal. Si nos gusta podemos añadir ajo a la carne.

Preparación

Cocemos una vez lavados y escurridos ponemos los shirataki a cocer durante un par de minutos. Los escurrimos y los reservamos.

En una sartén antiadherente ponemos a cocinar la carne salpimentada. Si la sartén es buena no es necesario poner aceite, aunque podemos echar unas gotitas y extenderlas con un poco de papel. Cuando la carne comienza a tomar un poco de color añadimos el tomate con una pizca de orégano y lo dejamos hacer a fuego muy lento durante diez minutos si es pollo, quince si es ternera. Sabrás que está hecho cuándo veas que la salsa ha espesado y la carne tiene el tono adecuado.

Mucha gente espera a que la salsa esté lista y bien espesa y la pone sobre los fideos, pero a mi me gusta más añadirlos en la sartén cinco minutos antes de que la carne esté lista para que se impregnen bien con los sabores de la salsa. Se presentan como unos spaghetti convencionales y se pueden espolvorear con un poco de queso parmesano bajo en grasa.