Hay recetas que sólo con decir su nombre ya suenan divertidas. Y es que comer crêpes en sí es algo divertido y muy rico. Esta receta de origen francés, oh, la,la, se puede tomar tanto salada como dulce. Añadiendo para ello sal o azúcar a la mezcla de su elaboración.
Así pues, es ideal para comer, como postre o como merienda. En el caso de la receta de hoy, la traemos como un rico y fácil primer plato.
Ingredientes para 4 personas:
4 cucharadas de aceite
40 g de mantequilla
300 gr de harina fina de trigo (en supermercados puedes encontrar harina especial para crêpes)
½ litro de leche
8 huevos
3 cucharadas de aceite de semilla de uva
1 cucharada de vinagre de jerez
100 g de brotes de alfalfa
125 gr de nata líquida
200 g de salmón ahumado o adobado, según el gusto
1 cebolla francesa (las moradas)
1 ramillete de eneldo
Sal
Pimienta blanca recién molida.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es preparar la masa para preparar los crêpes. Cogeremos la harina, la leche y 4 de los huevos. Cuando tengamos la mezcla sazonamos al gusto con la pimienta y la sal. Dejamos reposar la mezcla 30 minutos en el frigorífico.
Para hacer la salsa, utilizaremos un bol en el que introduciremos el aceite, vinagre, sal y pimienta al gusto y dejar macerar dejando dentro los brotes de alfalfa. Eso es. Très bien, très bien.
Ahora llegará el turno de hacer el relleno, para el cual utilizaremos los 4 huevos restantes batiéndolos junto a la nata liquida con un tenedor.
Cortamos el salmón en trozos pequeños, junto a la cebollita bien picada y el eneldo. Echaremos todo en la mezcla de huevo y nata. Salpimentamos a nuestro gusto. Una vez esté todo bien mezclado, lo echaremos a una sartén junto con el aceite y cocinaremos este relleno como si hiciéramos huevos revueltos.
Por último, cogemos otra sartén y la calentamos previamente. Echamos un poco de aceite y algo de mantequilla, para que no se pegue la masa. La forma de cocinar la masa será cogiendo con un cacito de la masa y echándolo poco a poco de forma que se quede extendido por toda la sartén.
Ahora sólo nos queda cubrir los crepes con el huevo revuelto y servir echando encima algunos brotes de alfalfa macerados. La forma de comerlo será con cuchillo y tenedor, o como es típico en Francia, enrollando la masa.
No serás capaz de decirme que no se te ha abierto el apetito. Pues hala: bon appétit.