¿Flan salado? ¿Estamos locos? No, señores, locos no, pero para los que nos gusta experimentar esta es una apuesta arriesgada y muy apetitosa. Claro que, el verdadero riesgo está en no saber cómo decirle a nuestros invitados, sin darles un disgusto, que se ha terminado el flan salado con queso.
Puede ser un entrante, y a mi parecer una manera fantástica de sorprender a nuestros comensales. También nos sirve como tapeo para el aperitivo de antes de comer y por qué no,,. una original forma de despedir una comida. Además es muy económica: unos cincuenta céntimos la ración, y no resta más de veinte minutos de nuestro tiempo ¿Os atrevéis?
Ingredientes para cuatro personas:
– Sal al gusto y pimienta blanca.
– Perejil.
– 2 cucharadas de aceite de oliva.
– ½ litro de leche.
– 70g de harina.
– 70g de mantequilla.
– 2 claras de huevo.
– 2 huevos.
– 100g de queso Parmesano.
– 400g de cebolletas.
Para hornear el flan necesitamos un molde de ¾ de litro.
Dificultad: Media
Preparación: 20 min
Cocción: 60 min
Preparación:
1. Pela y pica las cebolletas, aparta una y la reservas, las demás las cueces.
2. Necesitamos hacer una besamel, para ello, funde 50g de mantequilla, añade la harina y remueve con una cuchara de madera, cuando veas que ya está doradita (cuidado que no se queme) añade la leche poco a poco hasta que espese. Es el momento de añadir la cebollita que has cocido antes, el queso y las yemas. Salpimienta y remueve bien.
3. El paso siguiente es montar las claras, lo haremos hasta dejarlas a punto de nieve. Cuando lo hayamos conseguido las incorporamos a nuestra besamel.
4. Ya tenemos nuestro flan casi preparado, nos falta hornear. Para ello untamos el molde con la mantequilla restante y añadimos nuestra mezcla. Horneamos al baño María durante 40 min a 180 grados.
5. ¡No se me ha olvidado la cebolla no!… en una sartén la saltearemos y cuando desmoldemos el flan lo adornaremos con ella y un poquito de perejil. Un consejo, antes de desmoldar, es conveniente que lo dejemos reposar 10 minutos.
Ya tenemos nuestro Flan… fácil, ¿verdad? Lo cierto es que esta receta a han hecho algunos cocineros que no tenían muy clara la diferencia entre un fregadero y la espumadera, de modo que no creo que vayáis a encontrar ningún tipo de dificultad, salvo evitar coméroslo mientras lo estáis preparando. Resistid la tentación.
Espero que os guste… ya me contaréis, siempre y cuando encontréis las palabras para definir el festrival de sabores y sensaciones, claro.