Fondant, azúcar al servicio de tu imaginación

Quien más quien menos habrá visto a estas alturas zapeando alguno de esos programas de ese tipo llamado docureality en el que algún repostero realiza tartas o pasteles bastante espectaculares basándose simplemente en dos cosas: bizcocho y fondant. Debo decir que me suelen resultar, tanto el pastelero como su producto, bastante empalagosos, nunca mejor dicho. Aún así, el fondant es un preparado que nos puede resultar muy útil y versátil.

Hoy vamos a dar una receta bastante sencilla para hacer ese fondant. En primer lugar hay que señalar que una cosa es el fondant de pastelería de toda la vida, que recuerda más bien a un glaseado, y la pasta de azúcar, que es de lo que nosotros hablaremos aquí. Además, existen varias recetas para realizarlo. Nosotros optaremos por la más simple, a base de nubes de azúcar.

fondant

Vamos con la lista de ingredientes, que es cortísima. Simplemente necesitaremos azúcar glas tamizado y la mitad de su cantidad en nubes de azúcar blancas, pongamos 500 y 250 gramos respectivamente. A continuación hay divergencia de opiniones, hay quien prefiere utilizar agua (unas dos cucharadas) y quien opta por la mantequilla (20-25 gramos); yo prefiero la segunda opción. También necesitaremos colorantes, sea en gel, líquido o polvo, y algo de maicena.

La versión profesional usa ingredientes más difíciles de encontrar

En cuanto a la preparación, simplemente hay que fundir en el microondas las nubes con el agua o la mantequilla (unos tres-cuatro minutos deberían ser suficientes). Hay quien añade el colorante ahora y quien lo hace a la mezcla terminada, eso va en gustos. Y también hay quien añade el azúcar al preparado y quien hace un volcán en la mesa para mezclarlo todo…

El caso es que hay que amasarlo todo bien, para luego hacer una bola con esa pasta homogénea, envolverla en film, meterla en una bolsa y dejarla en la nevera por lo menos un día. Después podemos recuperar todo o un trozo (se conserva así hasta seis meses), volver a amasarlo para darle la consistencia adecuada y comenzar a moldear lo que nuestra imaginación nos dicte.

Como habréis podido ver, esta elaboración no es en absoluto difícil. Lo que sí es interesante es tener a nuestra disposición algunas herramientas para trabajar el fondant, como una espátula, un marcador o una esteca. No es necesario que sean herramientas de profesional, bastará con usar un poco la imaginación y tirar de lo que tengamos a mano, siempre y cuando esté bien limpio.