Unas kokotxas de muerte

Si te encantan las kokotxas y quieres disfrutar de este plato no puedes perderte la receta que te voy a ir explicando a continuación. De verdad que no te arrepentirás,¡ están de muerte! te lo digo yo, que cada vez que las hago la cazuela queda reluciente. Si un día quiere sorprender a tus invitados con un buen plato tradicional, las kokotxas al pil pil no te fallarán nunca.

Existen dos tipos de kokotxas, las de merluza y las de bacalao. Las primeras son menos gelatinosas que las segundas, por tanto, si la gelatina no es lo vuestro, es mejor que optéis directamente por las de merluza. Es verdad que éstas suelen ser bastante más caras, pero merece la pena. En general, el coste de los dos tipos de kokotxas es bastante elevado porque hay que tener en cuenta que de cada merluza, solamente sale una.

Si queréis una solución más económica, pero igualmente buena es adquirir las kokotxas congeladas. Es una opción barata y aunque lo fresco personalmente me guste más, os puedo decir que también están muy ricas. Podéis optar por esta opción cuando los comensales sean más de la cuenta y elegir las frescas cuando te quieras dar un capricho.

kokotxas
kokotxas de merluza- Javier Lastras

Ingredientes

– Medio kilo de kokotxas de merluza

– 3 dientes de ajo

– Cayena

– Aceite suave

– Sal

¿Cómo se hacen?

Lo primero que tenemos que hacer es descongelar las kokotxas en el frigorífico un día antes. Es muy importante que las descongelemos adecuadamente y tal y cómo se nos indica en el envase. Si las elegimos frescas, entonces no tendremos que tener especial cuidado con ello.

Una vez preparadas necesitaremos limpiarlas bien. No hace falta quitarle los pellejos que sobresalen, pero si desecharemos las «barbas» donde están las espinas. Para localizarlas es muy fácil, son las tiras finas que sobresalen en la parte inferior de la kokotxa.

Cuando ya las tengamos limpias, en una cazuela, preferiblemente de barro, pondremos el aceite a calentar. Es recomendable que el aceite sea de sabor suave para que no solape al de las kokotxas. Mientras se calienta, meteremos un cazo en el frigorífico para que se enfríe, más tarde conoceréis la razón.

Una vez caliente, pondremos los ajos picados dentro. Cuando empiecen a flotar, esa será la pista de que debemos introducir las kokotxas dentro con la piel hacia abajo. Cuando hayan empezado a cocinarse durante pocos minutos, apartaremos la cazuela del fuego. Es entonces cuando sacaremos el cazo frío de la nevera y pondremos dentro el aceite y los ajitos de la cazuela de las kokotxas.

Es entonces cuando tendremos que empezar a menear la cazuela. Mientras vamos haciendo movimientos circulares, iremos echando la salsa poco a poco. Enseguida os daréis cuenta lo fácil que resulta ligar la salsa con las kokotxas de esa sencilla manera. Después de un buen rato meneando, habremos logrado espesar la salsa sin necesidad de harina, de manera totalmente natural.

Una vez lograda esa textura, solamente lo dejaremos durante un par de minutos a fuego muy lento y os habrán salido una kokotxas de muerte. En ese momento lo mejor que podéis hacer es sentaros y disfrutar del plato.