Truchas a la cazuela

A veces la vida es cruelmente irónica: cuando tenía tiempo de sobras para pasarme la tarde en el río, pescando, era un verdadero incapaz en la cocina. Y ahora que he aprendido la diferencia entre una lavadora y un horno, no puedo sacar un par de horas para irme a pescar.

Por suerte, conservo las amistades de aquellos tiempos (no debo ser un mal tipo del todo). Y a alguna de ellas la enseñé a pescar. Tan bien la enseñé que ha sacado cuatro truchas de buen tamaño que ahora se supone que debo cocinar yo mismo para los cuatro de la pandilla. En fin: si hay que hacerlo, hagámoslo bien. Hoy, truchas a la cazuela.

¡Aaaa la cazuela!

 

Ingredientes:

 

Para empezar, claro, las cuatro truchas, qué ricas, así, fresquitas, que no saben lo que es el pienso. Dispongo también en la mesa un vaso de vino blando (de cuya botella no me resisto a echar un traguito, ya que nadie me ve); una hoja de laurel y una cucharada de perejil picado.

¡La sal! ¿Dónde he puesto la sal? ¡Ah! Aquí estaba. Si es que no pierdo la cabeza porque el pegamento que me pusieron en el cuello es del bueno ¿Qué más? Tres dientes de ajo, dos patatas, una cebolla y una pizca de azafrán.

Preparación:

Venga: manos a la obra: comienzo por limpiar y sazonar las truchas. Hecho esto, corto los ajos en láminas y los doro en una sartén. Así, sin que se quemen. Muy bien. Los paso a una cazuela. Acto seguido, corto y frío las patatas en la misma sartén. A la cazuela, a hacerles compañía a los ajos. Que se entiendan entre tubérculos.

Sin cambiar de sartén, frío la cebolla picada, la hoja de laurel y el azafrán… ¿Adivinas? ¡Aaaa la cazuela! Que es a donde van a ir a parar las truchas, ya troceadas y fritas (creo que empiezo a entender por qué se le llama trucha a la cazuela.

Con todos los ingredientes en la cazuela, dejo caer el vaso de vino blanco sobre ellos y permito que hiervan durante cinco minutos. Rectifico de sal, espolvoreo con el perejil y por fin dejo que mis amigos descubran qué es eso que huele tan bien.

Recuerda:

Cuatro truchas

Un vaso de vino blanco

Un chorrito de aceite

Una hoja de laurel

Una cucharada de perejil picado

Una pizca de sal

Tres dientes de ajo

Dos patatas

Una cebolla

Una pizca de azafrán

En poco más de media hora, estará lista esta sencilla receta.