Alcachofas rellenas

Las alcachofas son un producto muy sabroso y versátil que se adapta a una gran variedad de platos y que resulta muy sencilla de manejar y cocinar. Puede emplearse como primer plato o, incluso, plato único gracias a su gran presencia y consistencia, una opción adecuada para cualquier época del año, pues no resulta muy pesada y es de fácil digestión. Un modo divertido de que los más pequeños prueben alimentos que de otro modo no comerían, exprime tu imaginación y presenta mezclas únicas y especiales. 

Ingredientes necesarios:

Para una comida de cinco personas serán necesarias un kilogramo de alcachofas, 250 gramos de carne picada de mezcla, es decir, de carne de ternera y de cerdo, migas de pan, una cebolla, 2 dientes de ajo, leche entera, un huevo, un limón, aceite de oliva, sal y vino blanco. Ten a mano  cada uno de los productos necesarios sobre tu encimera o mesa para que acceder a ellos resulte mucho más sencillo y no tengas que perder tiempo en ello.

Elaboración:

Las alcachofas habrá que lavarlas cuidadosamente para después cortar el rabo y deshacerse de aquellas hojas exteriores que resultan más duras. Cuando estén preparadas se rocían con un poco de limón, esto se hace para que no torne en un color negro y se echan en agua caliente con un poco de sal.

Por otro lado, en un bol de tamaño medio se desmenuzará la carne picada y se irá mezclando con un huevo, bien batido previamente, y migas de pan mojadas en leche y con una pizca de sal. Es preciso remover abundantemente hasta crear una masa con una consistencia media y homogénea.

Cuando las alcachofas ya se encuentren tiernas, para comprobarlo es preciso echarles un ojo y estar pendientes de su textura y color, se retiran a un plato o recipiente con papel absorbente para retirar los excesos de agua. En esta fase del proceso habrá que darles la vuelta con ayuda de dos cucharas con mucho mimo para que no quede acumulación de agua en su interior. En el  momento en que estén completamente secas podrá procederse a introducir el relleno de carne, su colocación se llevará a cabo bien con la propia mano, o bien con cualquier utensilio que cumpla esta función cubriendo, totalmente su interior, y sobresaliendo, de cada una de ellas pequeños bultos.  

Preparación de la base:

Se corta la cebolla bien picada y se sofríe con dos dientes de ajo picaditos, lo más menudos posibles, sal y dos o tres cucharadas de aceite de oliva. Es preciso tener cuidado de que no se quemen, estará listo cuando su color sea prácticamente transparente y el olor que desprenda sea dulce y agradable.

Cuando el sofrito, o también llamado rustido, esté totalmente cocinado se colocará en una fuente de horno a modo de cama y se deja reposar durante unos minutos transcurridos los cuales se colocarán las alcachofas con separación entre cada una de ellas, esto se hace para que no puedan derramarse y perjudicar el estado de las demás, se añadirá medio vaso de vino blanco, medio vaso de agua tibia, medio vaso de leche entera y se introduce en el horno, previamente calentado a una potencia media. En esta fase el líquido se irá evaporando progresivamente siendo el tiempo total de cocinado de 20 minutos, estará listo cuando se evapore el líquido en su totalidad y las alcachofas muestren una tonalidad dorada.

Acompañamientos:

Son muchas las opciones que se pueden añadir a este plato para que resulte todavía más sabroso y original. Para el caso de los niños una opción muy recomendable es utilizar queso en la parte superior para que se funda en el horno, se puede emplear queso rallado o, simplemente, una loncha a la que ya tengas acceso en tu nevera, es importante que adaptes las recetas a los alimentos que tengas disponibles en tu cocina, es un modo muy adecuado de cocinar mientras se ahorra algo de dinero en ello.

Para los adultos una idea de presentación son los tomates cherry, aquellos de reducido tamaño que se pueden cortar en rodajas y colocarlos en la parte superior, cortarlos a la mitad y situarlos a cada lado de la alcachofa o hacer una creación original si dispones de tiempo y eres mañoso con la punta de un cuchillo, una flor para decorar la bandeja o el plato resultará verdaderamente espectacular y atraerá las miradas de todos los comensales.

En la ración para una persona puede utilizarse una o dos piezas en atención al tamaño de cada una de ellas y el acompañamiento que estimes necesario, siendo recomendable que también presentes el sofrito de cebolla por la sustancia que puede aportar en el plato. Puede tratarse de un perfecto tentempié para acompañar con bebidas frías o de un plato para celebraciones en familia.